mi tortura más ácida consiste en empeñarme en querer escribir cuando no puedo hacerlo. lo peor es que no puedo explicarme por qué no puedo, y no, no es que el empeño lleve finalmente a la aparición de la capacidad, del poder escribir y soltar; es como si un gigante tirano, habitante de no-se-dónde, atara mi boca y mis dedos con hilos de araña pegajosos, solubles en todas las salivas menos en la mía. ¿Quién es ese gigante? ¿Soy yo? ¿Es el mundo que me salpica hasta empapar en culpas y remordimientos? ¿Son las deudas y compromisos? ¿Es no saber qué hacer, el miedo a herir, el miedo, en todo? Cobarde inaudito. Estoy encerrado como un canario dentro de su jaula, cubierta con una cobija para que no pueda ver el sol y cantar. Bastaría con que alguien levantara la tela y jalara el pistillo, pero no, no pasa, sin importar qué haga y cómo, parezco condenado a morir de inanición comunicativa.
He visto y sentido muchas cosas en los últimos días. He hecho cosas, descabelladas quizá, salido de mí, en un sutil intento por salir de mi cueva, por explotar e intentar encontrarme. sufro al pensar que esas cosas pudieron hacer parte de un retrato externo de lágrimas, algún otro retrato de decepción y rechazo. no sé qué hacer ni qué decirme. ¿Debo decirme algo o hacer algo? Siempre tengo problemas con ese verbo maldito: deber Quisiera reemplazarlo por algo más pero no lo encuentro, todo me parece insuficiente, in-todo. He tratado de chocar con mi presente y con mi pasado, aún no me atrevo a retar el futuro, pero no obtengo resultados.
Me gustaría creer que no tengo a nadie que pedirle perdón sino a mí mismo.
Pero no lo creo.
Pero el perdón.... a veces me repugna, a veces me parece el artilugio perfecto un profesional convencimiento de dogmas sin sustento, otras veces lo tomo como la cima misma del vivir, una máquina de puentes para poder pasar sobre los abismos y las grietas que uno mismo cava en su suelo ("don't be surprised, when a crack in the ice, appears under your feet... you slip out of your depth and out of your mind, with your fear flowing out behind you...")
Argh.
¡Javier! ¿Qué vas a hacer? ¿Para qué viniste? ¿acaso quién te crees? es tiempo ya de dejar la misión inútil de regar pétalos de flores sobre suelos de espinas para que los demás se acuesten, para que los demás digan "no te olvidaremos", "te apreciamos", "qué bien", "oiga, chévere".
no sé si lo que he buscado toda mi vida y sigo buscando incluso ahora es lo que quiero buscar. no sé quién carajos me dice que debo (¡de nuevo!) buscar algo. no sé qué hago aquí escribiendo esto ante un público, qué busco acaso: ¿consejo? ¿o quizá esa cosa evaporada que llamas comprensión? ¿o quizá algo más tóxico, un veneno, alguien que te diga lo erróneo que está todo, lo inaceptable? ¿o un tónico, un comentario como "igual la vida está llena de bellos detalles", "deja que el río fluya"? ¿o quizá te alientas diciéndote que sólo lo escribes para liberarte a tí mismo?
todo lo anterior es pura y física mierda, y lo sabes, javier. sabes que si hay algo que odias violentamente es la violencia misma, y que cuando la encuentras dentro, ahí estancada, siempre has decidido esconderla, dejarla latir que el tiempo y la naturaleza y los amigos y el amor todo lo curan. de pronto dejar salir un poquito, pero esto es una gigantesca olla exprés, y la válvula no aguanta para siempre si el fuego arde cada vez más fuerte.
¿por qué no estallar?