Tuesday, September 14, 2004

Latidos


Pasan los días y, con ellos, pasan también las inhalaciones, los latidos y los parpadeos.

De vez en cuando, vuelve a palpitar en mí una intuición que nunca, desde que soy pequeño, me ha sido extraña. Es la intuición que palpita cuando aparecen, como pequeñas migajas, recuerdos difusos y otros muy nítidos, e instantes y objetos presentes que brillan como agujas descubiertas en el pajar del fondo de mis ojos. Es la intuición de que existe un trasfondo, de que allí hay una estructura común, un algo que es un misterio exquisito gracias a que parezco habitar un mundo dentro de ese otro mundo que está inevitablemente allí afuera. Cada objeto que se destaca, mediante un brillo invisible, frente a los demás objetos de mi campo visual; cada sonido que repentinamente determino entre la infinitud que decido ignorar; cada textura inolvidada; cada sabor intenso e inmediatamente olvidado; y sobretodo, cada olor (todos y cada uno de éstos), revela en su inexplicable aparición que hay algo allí que aguarda ser comprendido, o mejor, que aguarda ser aprendido.

No sé si vaya por buen camino. No sé si deba aprender un nuevo lenguaje, no sé si sea algo que pueda comunicarse. No sé si deba dejar de creer que habito un mundo dentro de otro mundo. De lo que ahora estoy seguro es que no es algo que pueda aprender yo solo. Quizá el misterio y su revelación esté fundamentalmente en los otros. Quizá la esfera de lo humano, la más oscura y a la vez la más apabullante de todas, guarde muchas o todas las llaves.

De nuevo, la distinción entre preguntas y respuestas puede ser tan sólo una ilusión.



escucho: Sheep , Pink Floyd / Animals