Thursday, December 01, 2005

Las cosas sorprendentes de Alemania (I)

Desde el primer día que uno pone los pies sobre suelo alemán comienza uno a sorprenderse... las cosas que aquí se ven no se ven en todas partes. Es una experiencia realmente bárbara. Con este post espero comenzar una larga lista de esas cosas que me han dejado con la boca abierta y más de una vez con ganas de decir "hey, eso no es en todo el mundo así". Helos aquí, los detalles de una Alemania que casi parece "pegada con babas", la encarnación del término "mundo industrializado", con todos los ires y venires de nuestro tiempo:

1. "Siga y sírvase." En algunas pequeñas carreteras en el campo alemán encuentra uno un letrero al borde de la calle que dice "Papas". Debajo de él, un bulto lleno y al lado, una cajita con un huequito por el que uno puede meter monedas o billetes. La idea: uno se sirve y paga, lo que cree que tiene que pagar por lo que se lleva. El que cultiva las papas termina ganando más así que si contratara a alguien para venderlas (y gana el tiempo que gastaría se las vendiera él mismo). En verano-otoño también hay cultivos de flores, con cientos de flores de todos los colores. Uno se baja del carro, corta las flores que le gustan, y según el tamaño del "manotao" paga, también dentro de una cajita. Si uno va de afán, la familia dueña del sitio prepara algunos ramos por la mañana con precio fijo...

2. "Ponga la direccional..." En Alemania, si uno pone la direccional, le dan paso. Siempre. Nada del taxi que se pega al bómper del otro carro para que uno no se pueda meter, nada de tener que "sacar la nariz" en un trancón para poder cambiarse de carril. Es casi mágico: uno pone la direccional, el carro de atrás frena. Obviamente, eso significa que uno tiene que estar muy pendiente de las direccionales, y también de las señales en el suelo que le dicen si por ahí se sigue derecho o por ahí se voltea. Ah! Y nadie pita. Si alguien pita, trifulca, todo el mundo se voltea a ver qué pasó. Aleluya.

3. "Saca los muebles al andén, es que ya están viejitos." Si a uno le parece que la sala ya está viejita, fácil: la saca al andén. Si se compró un televisor de plasma, saque el viejito que eso alguien se lo lleva. El escritorio junto con las revistas viejas, también. Pero "viejito" significa que tiene uno, dos, a lo más cinco años. Uno casi que podría armar su apartamento con las cosas que la gente saca al andén. En algunas ciudades como Hannover el fenómeno es más fuerte. Mi hermano ya recuperó dos bicicletas, un morral de montaña, un clóset y no sé que más cosas. También hay un lugar específico, el "AH", donde la gente que se preocupa por cómo se ve su andén va y deposita sus "viejeras"...

Continuará...


escucho: Tres jóvenes hablando (supongo) en turco.